torsdag 21 januari 2010

Giotto


El artista que reacciona de manera decidida contra los convencionalismos y el amaneramiento de la "maniera greca" es el discípulo de Cimabue, Giotto di Bondone (1337), cuya actividad corresponde ya a la primera mitad del siglo XIV. Lo revolucionario de su estilo da lugar , dos siglos más tarde , la gran pintura del Renacimiento.


Su maestro relata que, en un pueblecito próximo a Florencia, nace a fines del siglo XIII, un niño que al cumplir los doce años, es enviado por su padre a cuidar de un rebaño de ovejas. Pero la inclinación por el dibujo es en él tan profunda, que entretiene sus largas horas en representar sobre la tierra o las piedras,todo cuanto tiene a la vista. Cierto día, pasa junto a él Cimabue. Asombrado el entonces famoso pintor, de que el niño copiase del natural, le invita a marchar con él a Florencia, a lo que el jóven Giotto accede gustoso.

Trasladado a Florencia, Giotto no sólo aprende con rapidez el estilo de su maestro, sino que entregado al estudio de la naturaleza, logra desterrar la "maniera greca" y crear la pintura moderna, o lo que se llamó más adelante, pintura renacentista.


Como tantas otras leyendas, es probablemente falsa en sus detalles, pero en el fondo, refleja exactamente lo que Giotto representa, en la historia de la pintura. Giotto vuelve valientemente la espalda a los convencionalismos y formulismos del estilo bizantino, y mira cara a cara a la naturaleza. Claro, que como la historia de la pintura forma parte de la historia del espíritu humano, ese amor de Giotto por la naturaleza, no es un fenómeno aislado; es el reflejo de las doctrinas de San Francisco de Asís, quien predica el amor de Dios en sus criaturas, por humildes que sean, siendo a su vez Francisco de Asís, uno de los portavoces de la gran corriente espiritual que en arte, produce el estilo gótico. Giotto es el intérprete genial de la nueva iconografía, impregnada de sentido humano, de los predicadores y escritores franciscanos.


El naturalismo, no impide a Giotto concebir las escenas con monumentalidad extraordinaria. La monumentalidad, es categoría propia de la pintura en mosaico de sus predecesores, pero en él responde también a su propia sensibilidad y adquiere caracteres diferentes. Ante sus corpulentos personajes, se adividan ya, las grandiosas figuras de Masaccio y Miguel Angel. La otra nota más destacada del temperamento de Giotto, quizás sea su hondo sentido dramático. Nadie representa antes que él,y, en forma tan intensamente expresiva, el tema de la Piedad.


La obra principal de Giotto, es la serie de pinturas al fresco de la iglesia de la Arena de Padua (1303), aparte de su ciclo de pinturas murales, consérvase en Florencia alguna capilla decorada por él. Giotto cultiva también la pintura en tabla. Su Virgen con el Niño del Museo de los Uffizi, es pintura hecha al temple, sobre fondo de oro. Durante el resto del siglo, la pintura florentina es esencialmente giottesca, figurando como sus seguidores: Tadeo Gaddi, Andrea Orcagna, Andrea Bonaiuti, entre otros.

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