söndag 24 januari 2010

Simone Martini


El segundo gran maestro de la escuela trecentista, es Simone Martini. De una generación posterior a Duccio, su estilo es considerablemente más avanzado. El sentido senés de la elegancia, derivado del gótico, en pro de lo curvilíneo, hace que sus figuras, al abandonar la rigidez bizantina, se tornen blandas y flexibles, y sus rostros graciosos y expresivos.


Lo mismo que Duccio, pinta una Maestá, la gran pintura mural de la Virgen ,rodeada de santos y bajo palio sostenido por ángeles, pero, comprándola con la de Duccio, la diferencia es notable: las figuras que rodean a la Virgen, se mueven con suavidad y soltura, y la monotonía y reiteración de las actitudes, han disminuído considerablemente. Pero, donde el fino sentido de lo curvilíneo alcanza un extraordinario valor decorativo, es en su delicadísima tabla de la Anunciación(1333) una de sus últimas obras y, sin duda, de las creaciones más seductoras de la pintura trecentista.


Si en la Anunciación culmina la elegancia y el sentido decorativo del autor, en los frescos de San Martín (1316)de la iglesia baja de Asís, vuelca toda la delicada poesía de su temperamento. En el gran fresco de Guidoriccio(1328), del Ayuntamiento de Siena, al mismo tiempo que nos reitera su admirable sentido de lo decorativo y de la elegancia, ofrece el primer gran retrato ecuestre de la pintura moderna. Años más tarde, Martini se traslada a Aviñon, lo que, al mismo tiempo que le permite conocer más de cerca el arte gótico, contribuye a difundir la influencia de su propio estilo.


Inga kommentarer:

Skicka en kommentar